Los valores culturales, etnológicos, naturales, marinos, paisajísticos y geológicos, así como el compromiso de la isla majorera con las energías renovables, con la gestión del agua, o con una pesca responsable, han hecho a Fuerteventura y a una buena parte de sus mares, merecedora de ser nombrada por la UNESCO como Reserva de la Biosfera en el 2009.
La particularidad de sus rasgos geológicos y su extenso patrimonio natural, que emerge de la aridez y de la presencia de un rico y diverso medio marino, confieren a Fuerteventura una fuerte personalidad insular. Ésta se traduce en un patrimonio cultural rico en costumbres y tradiciones, que reflejan sus construcciones, el uso del suelo, la ganadería o la pesca.
Su proximidad a África define uno de sus rasgos característicos, su extremo clima, el cual la determina como desértica y semidesértica. Esto se concreta en un ambiente insular muy bien conservado, gracias en gran medida a unas condiciones naturales –climáticas y morfológicas- que han mantenido extensas áreas intactas frente a la presión del hombre. La costa oeste de la isla mantiene un carácter prácticamente virgen a lo largo de más de cien kilómetros de litoral.
Fuerteventura es, además, la isla más antigua de Canarias, y en ella pueden observarse in situ los fenómenos que dieron lugar a la formación del Archipiélago, hasta el punto de constituir uno de los mejores observatorios paleontológicos de la Macaronesia.
La Reserva de la Biosfera de Fuerteventura contiene una alta tasa de endemismos motivada por el aislamiento geográfico. Con respecto a la fauna, sobresalen los invertebrados, con 498 especies que son endemismos canarios, de los que 120 resultan exclusivos de la isla. Entre los vertebrados se encuentran 6 endemismos canarios, destacando las poblaciones de avutarda Hubara, las mayores conocidas para la especie, y el Alimoche canario-Guirre. En cuanto a la fauna marina, resaltar que en sus aguas son frecuentes 22 especies de cetáceos y 4 de tortugas marinas, así como una importante variedad de peces y organismos marinos. También cuenta con razas autóctonas como la cabra, el burro y el camello (dromedario) majoreros, así como el perro Bardino.
Todas estas características hacen de Fuerteventura un área singular en el marco de la Red Mundial de Reservas de la Biosfera, declaración que no supone la aplicación de nuevas figuras legales o restricciones. Sin embargo, sí requerirá el apoyo de las principales instituciones y organizaciones sociales, políticas y científicas, las cuales habrán de colaborar para hacer realidad el plan de acción diseñado. La implicación de todos es precisa en la aplicación de los objetivos del programa MAB y en el mantenimiento de este título que distingue la isla como un singular, solidario y comprometido con un desarrollo responsable.
Zonificación de la Reserva de Biosfera de Fuerteventura
La Reserva de la Biosfera de Fuerteventura trata de conservar los recursos naturales y culturales, y lograr un desarrollo económico y apoyo logístico, mediante la investigación, el intercambio, el aprendizaje y la comunicación, para aplicarlo en tres zonas diferenciadas llamadas núcleo, tampón y transición, que se diferencian principalmente en el nivel de conservación perseguido en cada una de ellas y, por tanto, en la naturaleza de las actividades que está permitido desarrollar.
- Zona núcleo: Conservación y protección de los recursos naturales, donde se permiten actividades de investigación y seguimiento, y todo aprovechamiento que no suponga deterioro del medio o favorezca su conservación.
- Zona tampón: Envolviendo a la zona núcleo o junto a ella, se fomentarán estrategias de desarrollo sostenible en el ámbito social, económico, educativo y divulgativo, incluyendo el turismo y disfrute recreativo. En ella se pueden desarrollar actividades experimentales con el fin de mejorar la producción de recursos naturales, como la vegetación, cultivos, pesca, fauna, etc.
- Zona de transición: Área más extensa de la Reserva, donde el grado de intervención humana es mayor. Aún tratándose de la zona más flexible, todas las actividades desarrolladas en ella se realizarán según criterios de sostenibilidad. Sus residentes, a través de las administraciones, asociaciones y sector privado, están invitados a colaborar en la gestión y desarrollo sostenible de la zona, para beneficio de sus habitantes.
La declaración de la Reserva de la Biosfera de Fuerteventura no supone más restricciones de las previamente existentes, dado que su zonificación se ha diseñado según la distribución de otras figuras de protección terrestres y marinas previamente designadas al amparo de la Red Canaria de Espacios Naturales Protegidos o de la Red Natura 2000, entre otras.